jueves, 25 de junio de 2009

Carta a una carta con destino y sin regreso




Querida Carta:


Es verdad, hacen quizás más de trescientos sesenta y cinco días que te escribí, sólo que hoy has atropellado mi recuerdo. Hoy llegaste de repente y sacudiste lo que de mi alma queda, lo que de mi corazón palpita al nombrarte aún. Porque eres una de esas cartas que escribí con el sentimiento por pluma y la verdad desnuda de toda clase de artilugio, adorno o deseo de impresionar, era simplemente mi yo garabateado en unas palabras, vestido de negro en la tinta que pintaba al papel. Porque no sé hacerlo de otra manera, porque soy yo entera ante el papel en blanco, porque la pluma es la batuta de mi sinfonía interior, porque por ello escribo cartas nunca escritas, porque soy la palabra que se guarda en un sobre y se echa en un buzón. Pero da la casualidad, que tú sí fuiste escrita, si fuiste enviada por el correo antiguo, con matasello y estampillas de certificada, para que no quedaran dudas y por lo menos tener un poco más de seguridad de que llegarías a tu destino.
¡Tu destino! Llegaste a tu destino, sólo que el cartero jamás tocó a mi puerta con una respuesta, con un acuse de recibo de lo que te había enviado con un papel que me quedara en las manos para acariciar tu recuerdo. Con un “firme aquí señora y tome el sobre que le ha llegado”.
Hoy te escribo carta que sí escribí, porque de repente, me he sentido sola en una batalla que quise no saber estaba perdida desde antes de comenzar la guerra ( que no hay que asustarse que son guerras de emociones y sentimientos, no de las cruentas y crueles que vivimos en el mundo a diario), o a lo mejor sí lo sabía pero me resistía a reconocerlo.

Hoy te escribo carta con destino y sin regreso, porque el horizonte se me ha hecho más lejano y porque hoy, me duele no recordar lo que en ti escribí.

De ti siempre,

Yo.

martes, 23 de junio de 2009

TELEGRAMA URGENTE II AL GUARDIÁN DE LA SALUD

TELEGRAMA URGENTE II AL GUARDIÁN DE LA SALUD




Sr. Guardián de la Salud
Cuerpo Esmeralda
Paraíso postal N° 9
Cartas ausentes
Venezuela.-


Ruégole Muy Señor Mío, desde este marasmo de quebrantos físicos de cierta consideración, los que me mantienen entre la cama de convaleciente y la cárcel de cuatro paredes a la que estoy confinada, se digne Ud., dar paso a la salud que en estos días sobre todo, ha sido tan necesaria para poder ser, no sólo para mí, sino también para otros, amados míos, cercanos míos.
Esperando atienda con urgencia el pedimento que aquí le hago,

Atentamente de Ud.,


Yo

domingo, 7 de junio de 2009

Carta a Mario Benedetti


Querido Don Mario:

Quizás Usted, estaba acostumbrado que lo tratasen tuteándolo, mas, el que le trate de Usted, tenga por seguro no significa que no lo tenga por cercano, por ser parte de mí desde que nos presentaron. Y para que vea lo que son las cosas, de ese conocerle no hace ni una década, porque yo, que vivo entre libros de autores conocidos y menos conocidos, no había llegado aún hasta  Usted , pero llegó el día en que una amiga amante de la palabra, hace alrededor de cinco años me hablara con tanta pasión de sus obras, que me llevó a descubrirlo en “El olvido está lleno de memoria”, en todos sus “Inventarios”, en algunas de sus novelas, porque confesarle quiero, que no todo lo que ha escrito tengo. Se me han escapado quizás algunas de sus obras fundamentales, pero, es innegable que basta leer alguna de sus novelas, o su poética, para enamorarse de su estilo, de su manera de narrar, de su llegar a lo profundo del alma o a la sonrisa socarrona de sus ironías tan bien descritas hasta en su versos.
He llenado ausencias con su palabra, he compartido presencias con Usted, también.
Usted, me abrió un mundo nuevo en la manera de relatar lo que siento en “ensayos” de poemas, me enseñó a escribir sin punto y coma, sin mayúsculas o con todas las mayúsculas, aprendí de Usted a decir lo que siento sin colocar cortapisas, sin cerrar los ojos ante lo que en mi entorno pase o ante lo que mi corazón sienta.
Uruguayo Usted, venezolana yo, no me conoció de nada, no nos tropezamos en alguna calle o en alguna librería o en un teatro donde Usted fuera el invitado para un festival o recital que diera. Nunca nos tomamos un café juntos, sin embargo, le debo tanto al conocerle a Usted, que desde el 17 de mayo de este 2009, mi corazón está contrito, porque como pasa con los grandes y humildes hombres de la historia, los creemos y queremos eternos tanto en la vida presente como en la eterna y Usted, nos dijo ya hasta luego. Se marchó a esa dimensión donde nos aguarda la eternidad, donde desde allí se recrea seguramente al mirar sus pasos en las huellas profundas que dejó en el mundo de la Literatura y su postura ante lo social y político, lo religioso. Se le respeta y respeto en sus posturas, a hombres como Usted, se les admira y sigue sin pedirle carnet de afiliación alguna.
Por eso, desde donde esté, permítame dejar aquí uno de sus poemas quizás más conocidos, poema que he repetido tantas veces, porque es un himno de “solidaridad en el sentimiento amoroso”, aplicable a cuánto signifique “contar con alguien y con Usted”:
HAGAMOS UN TRATO


Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo
(de una canción de CARLO PUEBLA)




Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo
si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo
si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo
pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe
que puede
contar conmigo.
(Mario Benedetti )

Pero además, me gustaría recordar aquí, con Usted un poema que lo descubre, en esa dialéctica que sufren de vez en cuando los incrédulos haciéndose la pregunta que muchos nos hacemos:


¿Y SI DIOS FUERA MUJER?
¿y si dios fuera mujer?
pregunta juan sin inmutarse
vaya vaya si dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas
tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce
su pubis no de piedra
sus pechos no de mármol
sus labios no de yeso
si dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos sida o pánico
nos contagiaría su inmortalidad
si dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno
con sus brazos no cerrados
su rosa no de plástico y su amor no de ángeles
ay dios mío dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería
qué venturosa espléndida imposible
prodigiosa blasfemia


Mario Benedetti

Su biografía, mi querido Maestro, la dejo para los biógrafos, sólo sé que desde 1920 en El Paseo de los Toros en Uruguay a 2009, en su Montevideo del alma, Usted plenó de luz a esta parte de la tierra y ¿por qué no? a todo el planeta.


No me despido, me quedo con Usted al abrir cualquiera de sus libros, o al cerrar los ojos y repetir alguno de sus versos, dando gracias por el fuego que nos deja.

Hasta siempre ¡Poeta!

Yo.

miércoles, 3 de junio de 2009

Carta a la Quimera





Extraña Quimera:
( La foto es una réplica de "La Quimera" de Nicanor Plaza (1844-1918) que se encuentra en la Universidad de Concepción, Chile. La estatua original de mármol se encuentra en el Museo de Bellas Artes, en Santiago.)



Lo lamento, pero así comienzo esta carta para ti. Porque eres extraña, porque tu nombre, sustantivo, sujeto o lo que seas dentro de la gramática, eres una mezcla rara de orígenes y de sentires.
Según leo en Wilkipedia, el término quimera se puede referir a:
El
monstruo de la mitología griega, con partes de león, dragón y escorpión;
Según la
RAE, es "Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo".;
El miembro del
orden Chimaeriformes, un grupo de peces cartilaginosos lejanamente emparentados con los tiburones;
El individuo afectado por el
Quimerismo;
En
paleontología una quimera es un fósil compuesto por partes de individuos de diferentes especies, que cuando fueron descubiertos se creyeron restos de sólo una;
Obtenido de "
http://es.wikipedia.org/wiki/Quimera"




(Quimeras en la decoración externa de la Catedral de Nuestra Señora de París)


En la mitología griega, Quimera (en griego antiguo Χίμαιρα Khimaira; latín Chimæra) era un monstruo horrendo, hija de Tifón y de Equidna, que vagaba por las regiones de Asia Menor aterrorizando a las poblaciones y engullendo rebaños y animales. Fue madre con Ortro de la Esfinge y el León de Nemea.

«Quimera» procede del griego Χίμαιρα Khimaira, que significa ‘macho cabrío’. Puede que tras el mito esté una batalla real contra un líder guerrero o un bandido cuyo nombre, título o símbolo tuviera que ver con el macho cabrío.
Las descripciones varían desde las que decían que tenía el cuerpo de una
cabra, los cuartos traseros de una serpiente o un dragón y la cabeza de un león, hasta las que afirmaban que tenía tres cabezas: una de león, otra de macho cabrío, que le salía del lomo, y la última de dragón, que nacía en la cola. Todas las descripciones coinciden sin embargo en que vomitaba fuego por una o más de sus cabezas. Era sumamente rápida.

Quimera fue derrotada finalmente por Belerofonte con la ayuda de Pegaso, el caballo alado, a las órdenes del rey Iobates de Licia. Hay varias descripciones de su muerte: algunas dicen simplemente que Belerofonte la atravesó con su lanza, mientras que otras sostienen que la mató cubriendo la punta de la lanza con plomo que se fundió al ser expuesto a la ardiente respiración de Quimera.


Otros significados


El término quimera o quimérico se usa a menudo como paradigma de lo fantasioso, sobre todo si es favorable: lo utópico. En inglés, y en español en contextos técnicos, se usa metafóricamente para describir cosas que tienen atributos combinados procedentes de fuentes diferentes. En genética, por ejemplo, un organismo o tejido creado a partir de dos o más fuentes genéticas diferentes se denomina quimérico, como en pacientes sometidos a trasplantes con órganos de otros donantes. Ese sentido de mezcla o hibridación también ha pasado al español a través de ficciones modernas (juegos de ordenador, anime, manga...).
También se suele denominar quimeras a los leones chinos o
perros de Fu.

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¡VAYA! ¡cuánta fantasía crea nuestra mente con la palabra QUIMERA! . Lo cierto es, que en literatura y en manos de los románticos, poetas, escritores o relatores de emociones y sentimientos como yo, te hemos usado en tu acepción ilusoria de algo inalcanzable, de lo deseado, la utopía creada en nuestra alma, corazón y más de las veces, en la mente, tratando fuera real y alcanzable lo sentido, pensado y sobre todo lo deseado.
Te tengo por aquello que se desvanece por creerlo posible y resultas un madero en llamas, vuelto tizón que se apaga en cenizas, algo feo, aborrecible en su origen.
Eres un monstruo horrendo que engulle rebaños y animales. Y lo más triste, que engulles todas nuestras ilusiones.
De repente, la representación que hace Nicanor Plaza de ti en esa estatua hermosa de mujer, que encabeza esta carta, es la imagen que de la quimera quizás guardamos todos en lo etéreo y lo inalcanzable.
También lo que sé es, que últimamente, mi corazón guardó un amor que no fue más que un espejismo, un ensueño, una realidad sólo vista desde mi óptica. Jamás pude conocerla, jamás supe cómo es en verdad, porque ella misma no es más que… una quimera.

Con todo el enredijo que supones quimera, me despido de ti, tratando que al instante siguiente de mi vida errática y perdida hoy, escapes de mi mente, para aposentar en ella la realidad de un ser que sí sea lo que ansía el tiempo que me queda por vivir.


Desde lejos y con lentes obscuros,
Yo.