viernes, 5 de diciembre de 2014

jueves, 13 de noviembre de 2014

Carta a ese adiós que se resiste


Carta a ese adiós que se resiste



Cuán difícil resulta decir adiós, cuando la página del libro de nuestra historia , se aferra a los dedos, se resiste a pasar a otra página, a perderse en el tiempo, arrancada al viento.

Cuán difícil resulta y resultó, aparcar en algún lugar del corazón, lo que la razón dicta como deseable en el pasar la emoción, el sentimiento.

Cuán difícil resulta, no pensar…en ti.

Yo.


PD. Podría seguir escribiendo hasta el infinito, la noria que “resulta” al decir…¡adiós!

viernes, 10 de octubre de 2014

Carta a todas las abuelas boticarias



Queridas y entrañables abuelitas:

Hoy he sentido nostalgia por las mías y en ellas rindo homenaje a todas las abuelas de ayer y de siempre, repito, siento nostalgia por mis abuelas sabias, enciclopedias andantes,  ante la mirada atónita de los nietos. Hoy, ante algunos malestares de salud, recordé lo bien que sabían de esa medicina natural, de aquella que en un jardín encontramos para esos males que nos agobian, pues ante su sapiencia, solían decir que los "matasanos" sólo recetaban y recetaban pastillas que quién sabe qué otro mal causaban. Para qué recurrir, según ellas, a pastillas antinflamatorias que decían, compuesto de ananás, cuando podías consumir la antiséptica y maravillosa piña, en jugos o saborearla en rodajas?

Sí, recordé a mis abuelas, a las abuelas de mis amigos y a mis padres que en mi niñez practicaron mucho de esa medicina de botica natural, inculcando que no sólo con químicos frabicados en laboratorios se puede, por lo menos, depurar, sanar, limpiar, el organismo.

En tropel llegaron a mi, el anis, el ajo, la menta, la manzanilla, el boldo, el hinojo, el jenjibre, la salvia...etc.  Depurativos estos, que agregan salud a nuestro sistema digestivo, circulatorio, y más etcs.


Decían mis abuelas, "mijita si estás nerviosa una tizana  de tilo, de toronjil o maría luisa, no te vendría mal, o unas goticas de valeriana."

Extraño a mis abuelas, a mi madre que sigue aquí, que cuido, pero no está. A mi padre, bordón de los remedios heredados en su infancia en esos pueblos donde nació y ocurrió su niñez. Extraño esa botica infinita de tantos remedios que para todo tenían en ellas la respuesta oportuna y la cataplasma segura de la sanación.
¿Cómo olvidar que cada vez que carraspeaba, estornudaba o me quejaba de un dolor raro de garganta o de pecho, por los pulmones, me decían en tropel las abuelas,  no te olvides de tomar limón con miel, el remedio para toda constipación?

Y aquí estoy, con mi vaso en cuartos lleno de limón y miel, la medicina eficaz para todo mal.

Las extraño abuelas, que sí, las extraño.

Besos desde mi alma,  a donde quiera que estén sus almas.

Yo.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Y...un día de ayer recibí esta carta



Imposible
Todo ahora es distinto,
ya  la esquirla no es el pobre tiempo
que tonto perece aburrido y laxo.
Ahora aquella manera sofocante
de cabalgar un cuerpo con los dedos sin que tocaran piel
de sentirse vecino no, sino copropietario
de una cama común que en la fantástica
alucinación de una postguerra, se convertía en paz
en esas madrugadas de poesía y canción en la distancia…
quedaron sin presencia.
No es bueno el juego eterno de soy lo lacerado,
No es justa la sentencia de solo soy quien ama…
Y llora… y sufre… y… muere,
Todos vamos muriendo, yo estoy muerta,
soy apenas el rastro de un fantasma además silencioso.
Y eso es cierto, mi mirada perdida, como dices
era mi mejor forma de encontrarte,
más allá del misterio de mis ganas
¡te cargaba en mi alma!

Todo ha cambiado, incluso mi mirada,
porque he perdido el alma.
Mis pupilas ya no miran ni siquiera la nada,
Y yo que renací cantándote en el viento
he olvidado cantar por las mañanas.


CLPP
14/03/11


RESPUESTA:


Quiso el golpe fiero de la muerte no permitir la posibilidad en lo imposible, lo posible en lo improbable, el encuentro, las miradas amorosas, el susurro de los versos, el adagio de tu voz, tarareando melodías. Quiso el golpe fiero de la muerte, separarnos antes de encontrarnos. Mas,  aún así, te sigo amando, como se aman esos amantes que sólo sueñan con mañana, cuando el hoy arrebata la ilusión del beso, del abrazo eterno.
Releo esta carta que recibí de ti,  sólo unos meses antes de tu partida y siento que quizás, no lo sé de cierto, pero lo deseo, que quizás en otra vida nos encontraremos y ya no será un sueño, ni el anhelo menguante, ni la utopía de un romance, será, la verdad que siempre ha guardado mi alma para ti, en este amor que nunca dejó ni dejará de ser. Entonces, sí, las pupilas mirarán el todo y  seguirás renaciendo cada mañana, cantándole al viento.
Hasta entonces amor, que hoy, mi nostalgia se llena de ti.

Yo.

miércoles, 23 de julio de 2014

El amor absurdo


El amor absurdo. ¡Vaya! Cuántas causalidades, cuánto de  mi o de cualquiera,  encontrados en palabras de otro u otra. Cuánto de sentir en un poema, una carta, un escrito, una frase, la oración que leemos una y otra vez, pensando..."parece lo hubiera escrito yo". Eso me ocurrió hoy, mientras esperaba en larga espera, en la sala de espera de la consulta médica obligada, después de una pequeña intervención quirúrgica, que llegara el doctor que siempre llega a deshora y tarde, sólo que esta vez, agradecí ese tiempo. Pude leer a gusto parte de una Antología estupenda de poetas hispanoamericanas de hoy: "Casa de luciérnagas"  de Mario Campaña, ecuatoriano, poeta e investigador  de la literatura. En sus páginas grandes nombres, muchos conocidos, otros menos, mas, encontré un poema, entre tantos que me gustaron, que me hizo releerlo varias veces, sonreír con diáfana nostalgia, con cierta melancolía en esa dualidad que deja la tristeza en una sonrisa. 
De Irene Gruss, poeta argentina, un  poema que habla del amor absurdo. Un espejo se coló frente a mis ojos, llenándose mis pupilas de sus versos, los que me encantaron.
 Lo comparto.

El amor absurdo

Nos faltaban hechos.
Ni hacíamos el amor ni nos acomodábamos 
a tomar café.
No organizamos ningún campamento a
las Islas Canarias, y
en Puerto Madryn
ni nos reconocimos: los únicos testigos de esto
fueron los cormoranes. Bichos feos de por sí,
los cormoranes saltaban
gritaban
nuestra falta de hechos.
Amantes insólitos,
nunca nos reunimos, ni por casualidad,
a oler la lluvia, ni a agitar banderas
ni a cerrar ventanas
ni a inventar, ni siquiera
inventar
algo cierto.

Irene Gruss
 ( De su libro: "El mundo incompleto")

Pues bien, debo a Irene una espera placentera, antes que me quitaran parte de los puntos que dejó la cirugía, con la amenaza de otro día, el martes para más señas, cuando tengo que volver a otra espera, por el resto del despunte y quizás encuentre, ¿por qué no? otro poema que me haga decir...¡Ay, pero si parece que lo hubiera escrito yo!

De la misma Irene...

De qué hablo:

Frente al mar hondo
uno debe callar hondamente.
Uno no debe caer y 
emitir por esa caída el más íntimo
sonido.
Sólo se puede hablar frente al mar hondo
cuando la luz es tan alta que
se inquieta, cuando
nuestro movimiento es suave,
casi resignado.
Uno no puede hablar
tan fácilmente, porque hablar
así sería
inoportuno,
ingrato.
Frente al mar hondo
uno debe callar,
enaltecerse o retirar
suavemente, sin furia, los pies.
El ruido del mar es demasiado fuerte para 
uno, 
para todos
a la vez.

(De su libro "El mundo incompleto")

lunes, 14 de julio de 2014

El rumbo de tus pasos


Querida canción:

¡Sí! Que es a una canción a la que le escribo esta carta nunca escrita. A una canción que tenía tiempo no escuchaba, a Pasión Vega deleitando con su voz la melodía. ¡El rumbo de tus pasos!
Y es que cada verso, cada estrofa,  de esta canción es una metáfora que plena el alma, que la desgaja en emociones, que la hace vibrar con el aleteo imperceptible de una mariposa.
Entonces recordé, que faltó "el resto de un segundo", que no tuve tiempo para arreglar "el desorden de mi mundo" y lo más triste, estar diluyendo, en  el reparto que nos tocó, "los sueños que agonizan en presente".

Miro ausente a los seres que amo, que he amado, y en todos de alguna manera me falta "lo que dura una mirada", lo que les "sobra de un beso", el abrazo de una despedida, el te quiero que se quedó colgado en el perchero de la espera. Porque hay amados que tengo cerca, con los que convivo y sin embargo no me reconocen,  porque la memoria les ha jugado la más terrible y cruel de las pérdidas en vivo. También están los otros, los que partieron antes, dejando en mí, las heridas que deja la muerte inesperada,  el viaje a lo insondable.

Si todos, de alguna manera me hubieran regalado esos instantes y esas preciosas dádivas que son del alma o esos abrazos que llevan a los besos, hoy no estuviera "lamiendo mis heridas" y podría tenerlos sin tener nada.

Pero aunque Pasión canta, que "no es el momento de cambiar el rumbo de tus pasos", los míos los cambié por un destino escrito sin vuelta atrás.

Así que seguiré escuchando, seguiré viviendo en la música y la poesía que trae una canción, el atisbo del horizonte,  donde pasar pueda alguna vez, el eco de mi voz.

De ti.

Yo.

martes, 27 de mayo de 2014

Carta al alma en vuelo


Queridas alas:

¡Sí! A las alas, porque para que el alma vuele, necesita alas. Y, las mías comenzaron a aletear, en la convicción que no vale la pena estancarse en un nido, donde sólo un lado se ha formado con briznas de acero.
No, no vale la pena seguir utopías, seguir siendo sólo un "sms", sin derecho a voz, a marcar un número, hablar sin alcabalas, ni fronteras donde hay que presentar pasaportes , visas siempre negadas. No vale la pena  la claridad de una sola parte, cuando el otro es noche sin luz.
Cuando nunca hay la llamada necesaria en los momentos más dolorosos que desmoronan la vida y luego...al tratar de escuchar a viva voz, no hay respuesta, no hay número de casa, no hay...no hay. Sólo razones que no son razones, porque delincuente no soy para negarme en la amistad que proclaman, la urbanidad en la simple educación de un número, una dirección, un camino a llegar.

Así que, al vivir lo que me ha tocado en estos tiempos bizarros de pérdidas, de angustias, de dolores, no vale la pena, seguir con la utopía de quien en realidad, sólo existe cuando quiere existir en un "sms".


Yo.

PD. Me hubiera gustado decir como Benedetti:

"mis utopías
tienen el sello
de tus caricias"

Pero no fue así...

sábado, 3 de mayo de 2014

Una simple carta de amor


Amor mío:


¡Qué lugar común para comenzar esta carta! Te llamo mío, amor, sin percatarme que en las distancias, en el tiempo que corre impasible, los amores, el amor, no nos pertenece.
Ese sentimiento que nos envuelve, nos mueve, nos aterra o nos hace valientes, irracionales, es un todo que anida en una,  sin distingos de nada. 

Vago en tu nombre, naufrago en el mar que escogimos,  a dedo, para hacerlo parte de nuestra deriva, parte de un verso, parte de la narrativa que forja una historia. Capítulo a capítulo, nos fuimos evaporando, lejos quedan las euforias, el temblor de ver tu nombre grabado en mi teléfono, la sonrisa fácil, el mojar los labios presintiendo los tuyos, el  ahogarme de felicidad al escuchar tu voz.

El mito naufraga, tejer ya no es tarea de Penélope, ni mía tampoco, ya no espero, y eso, es triste, porque al no tener margaritas para deshojar, me tocó desgranar horas, minutos, tiempo y con él, la memoria y el olvido.

Quizás suene raro, pero al voltear la mirada, un espejismo se diluye en el camino que atrás queda y en él, apenas sobreviven  trazos de tu imagen que nunca fue real,  porque nunca pude mirarte de cerca y  acariciar con el dorso de mi mano, tu rostro. El espejismo se lleva el dibujo imposible.

De pie un rato, sentada otro, el horizonte siempre es una pupila en línea delante de mi y lo miro ausente, como ausente escucho ese eco que siempre me trae un rumor de voces,  de las tantas veces que grité tu nombre y sólo silencio recogí del viento.

Amor mío...¡tanto me pasa! y tú no estás, ¡tanto te pasará! y siempre me negaste, mi estar.
Sé feliz en lo que cabe ser feliz. Buena vida, te deseo.

Yo.