
¡Ah, volver en el tiempo, cerrar los ojos y volver! Que eran los años sesenta.
Sí, eran los años sesenta. Elvis, Chubby, los Rollings, los Beatles, a cual más exótico y más de cambiar el rumbo musical hasta entonces conocido. Y en medio de toda esta evolución, aparecía en la tv una serie que contaba las heroicidades de Batman y Robin, de ustedes, queridos amigos.. No puedo más que sonreír. Los cartones de ¡wow, tock, plash,! etc, que colocaban en las peleas con los malvados, supongo respondían al énfasis que se quería dar en lo fuerte y macho de los puñetazos que se blandían entre el aire y las mandíbulas de los secuaces, del Guazón, Gatúbela, Pingüino o Acertijo, luchando en Ciudad Gótica o a lo mejor no era más que otra revolución técnica propia de la década de los cambios.
En los sesenta , un escándalo entre los adultos-padres, hubiese sido el hablar de matrimonios gays, (¡término sofisticado de ahora!). Así que por ese lado, no tengo nada que decir.
Lo cierto es que nadie como “Adam West representando a Batman durante muchos años, siempre acompañado por Burt Ward como Robin.
Ambos son verdaderos iconos de los años 60 con sus apretados y coloridos disfraces de carnaval. Lee Meriwether es la felina y hermosa Catwoman. Cesar Romero es Joker con su cara pintada de blanco con algún que otro hueco sin tapar. Frank Gorshin es Acertijo y Burgess Meredith el Pingüino. Cabe decir que en la serie de TV Batman era acompañado también por Batgirl”
(El encomillado en negrita pertenece a la página web Cinema Dreamer)
Y más cierto es la solapada y sublimada ingenuidad con que estos super amigos, vivían sus vidas entre la riqueza de la alta sociedad y el restearse en las calles ante el llamado de la comandancia de la policía, para acabar con los malvados que acechaban la ciudad ,semejante a cualquier capital de ahora. No son quizás mis favoritos, Batman y Robin, espero no se enfaden mucho conmigo, pero…siento debilidad , lo confieso, por Superman , a quien ya le escribí su carta anteriormente publicada. Pero son de una época de mi vida, donde también yo, viví mis propias revoluciones de cambios, de pasar de niña a señorita y terminar la década comenzando la Universidad.
¡Los sesenta! Para unos, década de desenfrenos , de paz y amor, ahogados en alucinógenos. Para mi , como para otros, de vida “zanahoria”, “inocente” y de espectadora con ojos asombrados y maravillados ante la vida que se me presentaba delante de los ojos. Porque siguieron los setenta, la década de los descubrimientos, de mi vida sexual, de la carrera universitaria, del trabajo, del hacerme adulta y responsable total de mi vida de allí en adelante.
Queridos Batman y Robin, de nada valen ya la capucha y el antifaz.
Un beso enorme, de quien siempre sonreirá al recordarlos con sus ..plash, tock, wow…
Yo.