miércoles, 3 de septiembre de 2008

Carta a la esperanza


Carta a la esperanza:

Mi querida esperanza. ¡Sí! A la esperanza de esperar, de creer en “algo que deseamos y alguna vez llegará, pasará, será dado, etc, etc”
Te escribo esta carta con la “esperanza” que alguna vez toda mi “desesperanza” quede guardada en el remoto lugar del ático de mi memoria, tratando ser olvido, de todo lo que me “duele, angustia, no llega, no pasa, no intento porque…, o porque hay otros que…o porque lo intenté millones de veces…o porque la paciencia tiene un límite…o porque de plano me cortaron las alas, o por otro largo, larguísimo etc”.

¡Cuántas veces me he aferrado a ti, cuántas otras sigo asida a tus hilos invisibles y que sólo el alma o el corazón son capaces de ver!
¡Cuántas veces repito a diario, “bueno, ¡que se le va a hacer, otro día será!", y dejo en la esperanza el logro de ese algo que esperaba con ansias o que, ilusa de mí, siempre, creí pasaría porque así lo soñé, lo desee, lo hablamos, lo planificamos o simplemente lo pediste alguna vez (es al amor aquí, a quien me refiero; a veces con la esperanza me pasa, que se me van los tiempos en los sujetos, verbos y predicados).
Porque si hay algo que está pleno, lleno de esperanzas es el amor. Y en mi amor, es ella la que me ha mantenido ayer, me mantuvo hoy y quiero creer que si hay alguna oportunidad para ese mañana incierto, sea mi esperanza la adalid que luche contra la desesperanza de sentirme una vez más, colgada en alguna rama del “árbol milenario del tiempo”, esperando por quien jamás se hará presente, y de quien ni siquiera guardo una imagen real, clara de su rostro, de su cuerpo, de su ser.

Tanto se ha dicho esperanza de ti. Todos te nombran, todos, te cargan de todas sus ilusiones y sueños, de sus realidades por realizar, de sus metas, logros, objetivos. Y tú, que todo lo llenas, te llamas dios, hada, maga, ángel, ser divino, en el cual creemos en creencia propia, para esperar , todo salga bien, todo sea dado en bienestar, así sea con un quinto de lotería.

Te pido esperanza mía, la que me habita, la que no me abandona, que sigas fiel a mí como yo lo he sido contigo, y que si alguna vez , aún muriendo, llegase a tocar sus manos, sería entonces, la muestra fehaciente, de que eres tú, esperanza, lo último que se pierde, habiendo aunque sea, un hálito de vida.
Y termino esta carta, con una frase que me identifica plenamente contigo:

Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.
Martin Luther King (1929-1968) Religioso estadounidense

Se despide de ti, yo, quien atentamente, sigue pendida de tus brazos, esperanza mía.

10 comentarios:

Herodes Antipas dijo...

El primero... que responsabilidad. Maravillosa carta, llena de sentimiento, porque, en realidad, sin esperanza, no somos nada.
Un fuerte abrazo

Susana Peiró dijo...

Querida Dama:

Siempre calando profundo, siempre con un escalpelo, a modo de pluma, escribiendo memorables cartas.

Y ésta es tan conmovedora! Mientras la leía, no sólo entendía tus razones para evocar la esperanza, las compartía.

Y es que por momentos no hay nada más, sólo somos nosotros mismos y la esperanza. Como un palito, que nos mantiene a flote en un océano indiferente y por momentos brutal.

La vida es extraña amiga, nunca la entendí muy bien. Por esto me verás buscar en la historia señales, experiencias ajenas, algún hilo conductor en esta vorágine confusa. Y por supuesto, esperanza es mi compañera, la depositaria de mis deseos, la que se ocupó de mí cuando no había nada más.

Se siente bien leerte, es un remanso en la locura de trabajo y conflictos que me rodean. GRACIAS AMIGA, por compartir estas preciosas letras conmigo!

Te dejo mi abrazo, grandeeeeeee, y con mucho cariño!

Inés Bohórquez (Ibo) dijo...

Esperanza bendita!

Siempre nos acompaña siempre nos recibe siempre perdura...

Sin ella mi querida amiga no estaríamos no seríamos no esperaríamos el mañana!

Excelente post como siempre hermosa y crucial carta...

un abrazo y mis bendiciones

MaLena Ezcurra dijo...

Una carta maravillosa, tiene el aroma de rocío.

Bendita esperanza!

Un abrazo


MaLena.

ISABEL TEJERA CARRETERO dijo...

La esperanza es como tantas y tantas ideas pensadas para poder sobrevivir, que esperamos que sea cierta y en esa incertidumbre encontramos la razon de seguir
Un beso

Hechadesilencios dijo...

La esperanza . Pienso que en cada uno de nosotros ella esté al menos un poco aun que a veces se esta convencido de lo contrario pero... ¿qué representa la esperanza? A mi por ejemplo la esperanza me deja monedas bajo la almohada y con ellas he sustituido las angustias del instante.
Te beso? Siempre!!

Miriam dijo...

Y no la sueltes nunca de tu lado, así un temporal de viento y arena quiera desprenderte de ella!
Hay pruebas de que hay milagros, deseos que se cumplen a pesar de todo... ven a mi espacio y lee detenidamente. Allí está la respuesta a tu carta.
Besos

Guadalupe Munguia dijo...

Tus cartas tienen un sabor "universal", porque conmueven e identifican los sentimientos de muchos de nosotros. Ahí está tu grandeza Esme: en cada comentario amigo (soberbios los de hoy, si es que me permiten decirlo), en cada persona que tocas aun en la distancia, en lo que mueves dentro de nosotros y en lo mucho que nos conectas (por aquí veo gente conocida y me alegra saber que, las cadenas humanas, son posibles en el aparente mundo frío del internet).

Bendita seas y bendita tu esperanza.

Un beso

ROSA E OLIVIER dijo...

"cada beso bautizado
crea nuevas primaveras
donde nace y donde muere
una Rosa verdadera."...!?...besos!

Anónimo dijo...

la esperanza es encontrar la verdad, esa es la verdadera esperanza

un beso