jueves, 28 de octubre de 2010

Carta a una hora sin minutero

Querida hora sin minutero marcado:


Aquí estoy. Sentada frente al ocaso, frente al adiós de un tiempo de sol que se despide ante la danza de las nubes que tratan de arroparlo inútilmente.
Aquí estoy. Sin más equipaje que mi yo misma y sin más senderos que el que  marcan los pasos de una hora sin minutero.
Estoy por la gracia de Dios, viva, sin saber si lo estoy, tratando de ubicar en cada fragmento de mi memoria los recuerdos que ya parecen idos tras ese sol que se oculta en el horizonte.


Pero, ¿qué digo? ¿Por qué este dejarme llevar por la melancolía? ¿Cuántos otros y en tantas partes sufren tanto o más que yo y por distintas razones?

Quizás querida hora, el asunto está en este silencio de adentro, que aunque mi boca hable y hable, mi alma está en silencio.
Quizás se deba, a que instintivamente tiendo las manos y encuentro la oquedad, honduras de espacio, sillas vacías, aceras solitarias.
Quizás…no lo sé, se deba a que los años desnudaron mis carencias y se cayó la piel de quien creía ser…yo.


Te escribo hora sin minutero y la verdad, ni comprendo en el mundo de todas las palabras, ¿por qué te escribo, si ni siquiera existes?


Deambulando en un espacio ajeno, se despide de ti,
Yo,
la que ha llegado al umbral del tiempo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando se apaga la llama y las cenizas relevan las horas de fuego
Es necesario comenzar por decirle adiós a la melancolía llena de espacios vacios en el abrazo… ¡Un abrazo lleno de espacios vacio!

gustavo dijo...

Me alegra mucho volver a encontrarte, con una carta tan hermosa y reflexiva. Siempre el tiempo desnuda nuestras carencias, pero tambien lo hace con nuestras riquezas. Me senté a tu lado viendo ese ocaso de arreboles que te interna en la melancólica penumbra del atardecer. Abrazo y gracias por compartir tus escritos.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Esmeralda:

Un gusto volver a encontrar tus cartas siempre tan llenas de sabiduría.

Aunque las horas pasen y el minutero no marque su andar, el corazón siempre mantendrá viva la esperanza.

Abrazos.

Pablo Rodríguez Burón dijo...

Cuánto tiempo :-) Un abrazo

Anónimo dijo...

DESDE ESPAÑA,SALUDOS ME ENCANTA LEERTE.

Primavera dijo...

Preciosa carta aunque con tanta melancolia, sin deseos de volver a encontrarse a si misma.
Primavera

Pasional dijo...

Cada vez que paso por aquí mi piel se eriza, bellas palabras, hermosa melodía... me invade la emoción y la melancolía vuelve a mi en cada una de tus palabras.. simplemente bello

Anouna dijo...

Me dejas pensando en estas horas inciertas, en donde ya no es importante el tiempo exacto, sino más bien el estar preparada para lo que sea o venga en el momento que sea o venga.

Estar por la gracia de Dios, es algo inmenso, es estar en el control y la misericordia de un ser que sabemos hace todo con mucha sabiduría, hay que dejarse envolver por ello, aunque no se entienda completamente.

Son hermosas tus cartas, profundas, sinceras, atemporales.

Mil besos siempre. Anouna