
Querido primer pronombre personal, amado Yo:
Escribir una carta a los pronombres, ¡si me leyera Pedro Salinas! Pero estas cartas las tenía guardadas en el baúl de los recuerdos escritos. Así que para ti va esta carta , primer pronombre que me enseñaron en la conjugación de todos los verbos, en el andar por todos los sujetos: Yo, egoístamente... yo.
En el tiempo me he sentido seducida con la idea de escribir sobre Yo, ese pronombre personal que es el primero, el que abre fuegos en las clasificaciones de los pronombres, pero que paradojicamente debemos dejar de último siempre en la lista de presentación, en el nombrar a todos y a postrer, a... yo, ¡tanto!, que hasta debemos esperar en el último lugar de la fila de los sentimientos y de la espera.
No hay remedio, por lógica de urbanidad y de sentido común, eterno será, tú y yo, o, lo que sea y yo , eso en el caso de que te incluyan querido pronombre, porque a veces por más que creas...eres un exiliado sin remedio.
No hay remedio, por lógica de urbanidad y de sentido común, eterno será, tú y yo, o, lo que sea y yo , eso en el caso de que te incluyan querido pronombre, porque a veces por más que creas...eres un exiliado sin remedio.
Mas, también eres el consciente que vive en mí, el presente en la vida, el que me va dictando las guías a seguir, el que aprende, el que comete errores, el que rectifica, el que mata , el que roba o el que se inmola por causas y banderas, por hijos, por amores o desamores.
Así que haciendo resumen, pensando tranquilamente, desmenuzando sentires, mereces todo nuestro respeto, aunque trastabillees de vez en cuando y no seas tan de elogiar.
Así que haciendo resumen, pensando tranquilamente, desmenuzando sentires, mereces todo nuestro respeto, aunque trastabillees de vez en cuando y no seas tan de elogiar.
Pero... ¿cómo deshacerse de ti? Habitante en uno y que siempre sacamos a pasear, a relucir, en cada momento de nuestra existencia, el que nos deja regusto amargo a veces por sus actuaciones tantas veces incomprensibles para el ego, (que es otra cosa), pero que acabamos perdonando, justificando o simplemente aceptando tal cual es, imperfecto como todo lo que somos.
Le escribo a ese yo, que quiere ser un todo en tan poca tierra y es tan poco entre tanto cielo.
Le escribo a ese yo, que quiere ser un todo en tan poca tierra y es tan poco entre tanto cielo.
Somos, yo, primero que nada y en vista de ser tan singular, pluralicemos los actos de nuestra vida para dar paso al Tú, y luego al Nosotros. A lo mejor los demás llegarán en algún momento a señalarnos como vosotros y ellos.
Sin embargo en esta carrera que es la vida que vivimos, Yo, vas señalando los caminos, aunque a veces pierdas la visión y hasta la audición, quedando además indefenso entre tanto Ustedes.
Sin embargo en esta carrera que es la vida que vivimos, Yo, vas señalando los caminos, aunque a veces pierdas la visión y hasta la audición, quedando además indefenso entre tanto Ustedes.
Me despido de ti, yendo en pos del Tú.
Te quiero yo,
Yo.